En su primera edición una veintena de mascotas recibieron la bendición del párroco de Santa Eulària.
SANTA EULÀRIA | J. LL. F. No solo Sant Antoni bendice animales durante la fiesta del patrón. Desde ayer, Santa Eulària acoge también un acto de estas características, gracias a la iniciativa de la asociación Agricultores, Artesanos y Productores Locales de Ibiza (Aaple), que ha decidido implantar una ceremonia popular de este tipo en el Passeig de s´Alamera, coincidiendo con el mercadillo que monta todos los domingos en este enclave, el más concurrido y céntrico de la localidad.
La presidenta de Aaple, Franchesca Kirby, explicó que había venido observando la numerosa presencia de mascotas acompañando a sus dueños en el mercadillo dominicial del Passeig de s´Alamera, por lo que se decidió a ponerse en contacto con el párroco de Santa Eulària y con el Ayuntamiento para montar una bendición de animales, idea que fue acogida favorablemente tanto por la iglesia como por el Consistorio.
El resultado del primer año fue modesto pero prometedor. Una veintena de animales, sobre todo perros y gatos, pero también un pequeño asno, fueron bendecidos por el sacerdote en el tramo final el paseo, ante el Pou de Baix. «Lo que queremos es iniciar una tradición», señaló Kirby.
El resultado del primer año fue modesto pero prometedor. Una veintena de animales, sobre todo perros y gatos, pero también un pequeño asno, fueron bendecidos por el sacerdote en el tramo final el paseo, ante el Pou de Baix. «Lo que queremos es iniciar una tradición», señaló Kirby.
El hecho de que la festividad de Sant Antoni, patrón de los animales, ya se haya celebrado –el pasado día 17– no es obstáculo para llevar a cabo esta actividad ahora en Santa Eulària: «Hay muchos sitios de España donde se hacen bendiciones de animales en la plaza del pueblo después del día 17», aseguró la presidenta de Aaple.
Mientras tanto, una multitud de personas deambulaba entre los puestos del mercadillo, una veintena en total –aunque Aaple tiene 28 miembros–, dedicados a los temas más diversos, pero siempre con un nexo común: «Todo ha de estar hecho con materia prima autóctona de Ibiza, o bien estar referido a temas de la isla», informaba su impulsora, que se declaraba «harta» de que en otros mercadillos de este tipo «al final todo sean objetos de importación» sin ningún tipo de intervención artesanal por parte de los vendedores. «El comprador tiene la seguridad de que lo que compra está fabricado aquí», reiteró.
Mientras tanto, una multitud de personas deambulaba entre los puestos del mercadillo, una veintena en total –aunque Aaple tiene 28 miembros–, dedicados a los temas más diversos, pero siempre con un nexo común: «Todo ha de estar hecho con materia prima autóctona de Ibiza, o bien estar referido a temas de la isla», informaba su impulsora, que se declaraba «harta» de que en otros mercadillos de este tipo «al final todo sean objetos de importación» sin ningún tipo de intervención artesanal por parte de los vendedores. «El comprador tiene la seguridad de que lo que compra está fabricado aquí», reiteró.
Entre los puestos –cedidos por el Ayuntamiento y provistos de un toldo– había uno dedicado a las razas autóctonas de Ibiza y Formentera y en el que se recogían firmas para preservar el porc negre, del que quedan solo una docena de ejemplares, según afirmaban los responsables de la Federació de Races Autòctones d´Ibiza i Formentera. En otro puesto se vendían juguetes artesanales, sobre todo muñecas de vistosos colores, mientras que la artesanía invadía otro buen número de tenderetes. La alimentación, desde frutas y verduras payesas, así como aceite ibicenco e incluso licor de café caleta, amén de los tradicionales licores pitiusos, protagonizaban también gran parte de este mercadillo, que va consolidándose domingo tras domingo. Entre los vendedores hay tanto residentes extranjeros que llevan ya tiempo viviendo en la isla como agricultores ibicencos que aprovechan esta oportunidad para dar salida a sus productos.
La presidenta de Aaple indicó que la iniciativa surgió hace dos años «y en un principio se quiso que el mercadillo fuera itinerante por los diferentes pueblos del municipio, pero al final para evitar confusiones se instaló de manera fija en el Passeig de s´Alamera».
Las ventas durante el invierno «son flojas», pero la situación mejora de forma espectacular durante la primavera y el verano, coincidiendo con la llegada de los turistas, que muestran un gran interés por este tipo de productos, afirmó Kirby.
Fuente: Diario de Ibiza
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